jueves, 12 de marzo de 2015

«Sed» de Cristina Castello: «Destellos iluminados de la palabra liberada», por François Xavier

Destellos iluminados de la palabra liberada


 La pequeña hermana de Rimbaud vive en Buenos Aires. Es verbo puro. Nombre desnudo de la palabra encantada, lleva consigo el diamante perdido de la humanidad: el amor. En el torbellino del horror cotidiano de un mundo enloquecido, Cristina Castello persiste en buscar la belleza en un estallido de silencio. Salida indemne del diluvio de oscuridad que se abatió sobre Argentina, en una época en que los militares creyeron que el ejército tenía un alma, ella se convirtió en periodista para ayudar a salvar al país sin dejar de ser la poeta que en cada segundo de vida respira a pleno pulmón. 
        Hispanófona de nacimiento pero políglota de vocación, aquí está presente, en la lengua de Voltaire, con este espléndido libro de poemas dedicado a la condición humana. André Malraux la habría acogido con los brazos abiertos, mensajera de una cultura tan lejana en kilómetros pero tan presente en paralelo de crepúsculos. Poesía bendita de la lengua universal, el misterio del agua azul infinita de mar y París, como capital mística, reunidos aquí bajo la cobertura de un editor del sur con nombre de viento, y así se cierra el círculo de un poeta al otro con suelas de viento, ese aire insuflado, precisamente, para pregonar en los senderos de la vida las esperanzas del corazón de los hombres.
          Poeta de miríadas de estrellas en la noche del mundo, Cristina siembra las pequeñas semillas de un himno dedicado a los justos, una Novena Sinfonía argentina, milagro de la sintaxis en el flujo y reflujo de las mareas humanas. Alabemos entonces nuestro tercer milenio, que nos habrá aportado también este Internet, magnífica tela de araña donde cada día se tejen los amores del mañana; espacio de libertad y creatividad donde encontré a la bella argentina un día de septiembre del año 2003, a la vuelta de un enésimo vínculo que me impulsó hacia su sitio, extraordinario santuario de la palabra justa, de la artista inocente apasionada por la justicia y el amor.
          Leamos Sed como un náufrago del desierto ¾lo que somos en realidad¾ y aprehendamos esta pequeña muerte, que es placer vivo, en la cascada del poema, en la música de la palabra justa, al ritmo de la puntuación insolente de verdad. Leamos, leamos y releamos, en la claridad del sol poniente, el hielo azul del poema cristalizado en páginas blancas. Leamos la Argentina bajo sus mas bellos atavíos, amémosla también como el país de Borges, pero desde ahora como el anclaje de una voz de bronce; Argentina, el país de Cristina Castello.

París, 1 de junio de 2004
Traducción de francés: Patricia Cadranel


Prólogo de Thiago de Mello, para "Orage/Tempestad", de Cristina Castello

Ya revisaba las últimas pruebas de Poetas da América de Canto Castelhano [1] cuando me llega la poesía de Cristina Castello: el mejor premio para mi trabajo perseverante de largos años con el fin de terminar la primera antología que se publica en Brasil de poetas de todos los países de América Latina. Poetas de mi corazón.
El mismo fervor amoroso con el que traduje a Rubén Darío, Pablo Neruda, Gabriela Mistral, Jorge Luis Borges, Nicolás Guillén, Alfonsina Storni, Jorge Adoum, Mario Benedetti, la obra completa de César Vallejo, crece feliz cuando comienzo a alumbrar en el idioma de mi pueblo[2] los decasílabos perfectos deJazmines y Verdugos, cuya sonoridad profunda se acurruca en el silencio nocturno de mi selva.
           Um pelotão de verdugos persegue
           os jasmins que dançam com a brisa.
           Libaneses, palestinos. Humanos.
           Nas suas pálpebras os seus sóis se apagam,
           Horizontes cortados com tesouras[3].
Inventora de una lengua poética construida con talento y afán, de conmovedora belleza, Cristina pone de rodillas la ferocidad ciega que pretende aniquilar la belleza de la condición humana. Con sus perturbadoras metáforas, lo que planta no es ya la semilla, sino el gran árbol de la esperanza y la certeza de que el amor triunfará, poco importa cuándo. La poesía de Cristina funda la verdad, como Hölderlin[4] nos enseñó.
En la mañana amazónica brillan las escamas esmaltadas del río de mi infancia. Frente a ellas, apoyado sobre el parapeto de vieja caoba, leo en voz alta versos deOrage. Libro cuyo esplendor me descubre recovecos en los que anidan palabras llenas de estrellas, me lleva por subterráneos secretos del reino de la Poesía, de donde se yerguen para lavar la negrura del mundo, poemas de brasa y rocío.
Orage reclama un estudio de grandes honduras, de esas por donde se pasean peces de fabularios, ciegos que descifran sortilegios.
Lo que aquí te ofrezco, Cristina Castello, son las palabras de un poeta agradecido por la felicidad inefable que me entrega este libro, edificado por tu don creador, con belleza de incesante permanencia, metal que canta. A joy forever[5].
Poeta Cristina Castello, los pájaros de la selva cantan alegres tu nombre.
Thiago de Mello, julio de 2009
Traducido del portugués (Brasil) por Cristina Castello




[1] Literalmente: Poetas de América de Canto Castellano.
[2] Se trata del portugués de Brasil. 
[3] Un pelotón de verdugos persigue / A los jazmines que danzan con la brisa / Libaneses, palestinos. Humanos. /
Se les mueren los soles en los párpados /Tienen horizontes cortados con tijeras
Cf. el poema completo, en
pp. 18 (castellano) y 19 (francés).
[4] Alusión al último verso del poema Andenken (Memoria) de Friederich Hölderlin:Was belitbet aber, stiften dier Dichter (La poesía es la morada del ser). Para más detalles, ver la nota 5 de la versión en francés de este Prefacio. 
[5] Cf. John Keats: Endymion, libro I: A thing of beauty is a joy forever (Lo bello es alegría para siempre).

Cristina Castello: fervorosa poetisa axiológica, por Jorge Ariel Madrazo - Diario La Nación

SOIF Por Cristina Castello-(L ´ Harmattan)- 129 páginas

En el primero de los dos Prefacios que abren este poemario bilingüe castellano-francés, François Xavier define los poemas allí reunidos como "pequeñas semillas de un himno dedicado a los justos". En el segundo, Oscar Barney Finn resalta el afán de belleza junto a "los estremecimientos de una humanidad caótica e injusta". El par justicia-injusticia salta en ambas afirmaciones.
Asimismo, es visible la alianza entre la introspección y un fervoroso estado de alerta respecto del vértigo, utopías, desgarros y dolores de la llamada "realidad"; el delicado vigor -valga el oxímoron- de una subjetividad que convierte el destino del prójimo en sustancia propia. Como en la célebre línea del francés Jacques Roubaud: "¿En dónde estás: / quién?". Periodista de amplia trayectoria, Castello volcó en estos poemas, vertidos al francés por Raquel Chazqui, dos facetas inseparables: la repulsa al horror que inunda el planeta y la defensa a ultranza de la belleza, el amor y la libertad; actitudes que se unifican en todo amor auténtico, e idealmente en el de pareja, aun cuando éste suela perder alguna de esas cualidades que lo tornan posible, como destaca la contratapa de Ricardo Dessau dirigida al público galo. Las ilustraciones de Antonio Seguí refuerzan la propuesta poética, incluso desde sus títulos; un ejemplo: "Si fuéramos más sabios".


El poema "Muros", que le sigue, despliega ese condicional: "Si pudiéramos hablar/ De nosotros./ Sin querer ganar Sin defendernos Sin negar [...] Si fuéramos más sabios/ Y piadosos./ Vos con mi vida/ De siembra lucha Poesía./ Yo con la tuya/ De coherencia lucidez y huida..." Ya "Sed garganta arena", el poema inicial (cuyo dibujo en el espacio recuerda a una copa) remite a una síncopa jadeante, a una sed o Nada germinal. "Sed de huérfanos aullantes/ Sed de lluvia en horizonte...". Para la poeta, la Belleza es un deber, no se nació para sueños devastados o caer "abrumada de cotidianidad y urgencia"; el humano es palabra que resiste. "Que no nos hagan noche el alba". Mahler, Fauré, Chopin, Picasso, Lorca, Eluard, Celan, León Felipe, Redon, Yeats, Beethoven, Rilke... Castello modula sus nombres como invocando una Luz con "U" de Utopía. Porque: "Arte se escribe con U,/ La vida se recrea en U,/ La poesía existe porque U..."

Originalidad de dicción para decir lo sensible: "Obra de teatro del Espanto/ Se ve todos los días/ En la ciudad capital de torres ostentosas". Don de síntesis también notable en un poema al amor universal, poema hondo pese al ritmo muy veloz: "Detrás de todas las ventanas/ Del mundo/ Se aman./ Sólo vos y yo/ No nos amamos/ Porque nos amamos".
 Jorge Ariel Madrazo © LA NACIÓN
Publicado en diario "La Nación", Suplemento de Cultura. Clic AQUÍ 

Domingo 15 de Mayo de 2005 -  Buenos Aires - Argentina

miércoles, 11 de marzo de 2015

Cristina Castello: «Para poder burlar la realidad, hay que conocerla»

Cristina Castello,  por Gabriel Bauducco

Como quienes pelean en la guerra por no matar y, a la vez, mantenerse vivos, Cristina Castello, pelea en la jungla de la brutalidad de la economía que azota al mundo. Por seguir fiel a sus convicciones y por no ser una asesina más, de la legión de quienes matan la poesía. Ella es poeta, aun cuando no habla, aun cuando no escribe. Y trabaja como periodista; una de esas pocas que han pasado por los medios gráficos, por la radio y la televisión (diario Tiempo Argentino, revista Gente, Viva, la dominical del diario Clarín, radio Splendid, conductora del programa de TV Sin Máscara, docente de La entrevista periodística, etcétera) y que, desde su postura ética, se opone al video clip en que se ha convertido la vida… un vértigo infernal que a las emociones, mata. Eso mismo, su ética para la razón y la acción, la hace ver con ojos de asombro el desparpajo con que se conducen la mayoría de los políticos y los dirigentes modernos. Una modernidad de egoístas y traidores… esos a quienes no les importan los demás, esos que traicionan el espíritu de la poesía. Castello habla de una realidad que no es la que cuentan los medios de comunicación. Señala la deshumanización y la soledad de los que están en medio de la masa. Y dice cómo salvarse de la locura, a través de las semillas que sueltan sus palabras (G.B.)    
    
-¿Qué es un poema?

- Es… como un extracto de Universo. Pero hablo de lo que es poesía y no de aquello a lo cual con ligereza se llama así. Cualquiera, en todas las ramas del arte –ni hablar del espectáculo- se auto titula artista; como si vos o yo dijéramos que somos médicos, abogados, o científicos. O astrónomos
… ¡eso me gustaría¡ Todo el tiempo de cara el cielo… ¡cuánto regocijo!

En privado me diste nombres de personas consideradas grandes poetas, inmerecidamente, según vos. Nunca lo expresaste como periodista,… ¿es tu primera cobardía?


- No sé, pero no lo creo. En mis tantas entrevistas enfrenté a los peores monstruos -represores, asesinos, torturadores- y jamás callé. Y si no tuve miedo no fue por valentía, sino por mi hambre de respeto a la vida. Sin embargo, con los supuestos artistas juega otro criterio. Esos malos-o falsos- poetas o artistas pueden ser productos del marketing, pero no son "el" demonio; entonces siento que no puedo vaciar de contenidos -de creencias- a las personas, si no hay otros para reemplazarlos.

-Explicate por favor…

- Supongamos que alguien está sostenido por muletas y vos nos las ves en buen estado. Si se las sacás, tenés que darle otra, iguales o mejores. Si no, la persona se desplomará.

-¿Lo intentaste?

- Sí y aprendí que hay tiempos para decir ciertas cosas. «Hay voces demasiado graves como para que tengan una resonancia inmediata», escribió Oliverio Girondo. Y es verdad: cuando las personas no están preparadas para escuchar, se produce el efecto inverso del que uno desea. ¿Cómo decís a alguien que la letra de esa canción que se cantó, por ejemplo con el retorno de la democracia, es de un mal poeta?

-Es difícil, sí…

- Sí, porque hay un mundo detrás donde además de la poesía, hay latencias espirituales: el aroma, el sonido y la vivencia convertida en recuerdo de alguna estrofa. De versos que son sobre todo, una resonancia interior. ¿Ves que no es fácil el tema? Y lo mismo pasa con la política: viví muy de cerca -y sufrí- que los alertas proféticos de buenos -brillantes- políticos no se escucharan a tiempo. Nos hubieran salvado como país. Recuerdo que entonces pensaba en aquello de Nietzsche de que hay hombres que nacen póstumos. Y es muy fuerte y terrible, pero pasan esas cosas. De todos modos esta es mi actitud como periodista pues como poeta busco amparo en mi silencio interior y en mi soledad, indispensables.

Federico García Lorca



- Pero tu poesía es reveladora... y rebelde, claro.


-No podría callar porque la poesía es y merece coraje; porque es una grandeza humana, una ventana a la plenitud y mucho, mucho más. Sin embargo, no me gusta el panfleto ni el grito y creo que con economía de palabras y de gestualidad con ellas, puede haber una tensión espiritual y una denuncia: una develación. La palabra escrita cuando es arte –como el arte en general- puede ser profética.

¿Qué casos de palabras proféticas recordás?

- Muchos, y de pintura y de música. Pero mejor dejame hablarte de Kafka. En El proceso muestra una suerte de modeloLa colonia penitenciaria vislumbra las maquinarias del terror del nazismo y esa extraña y enferma relación entre algunos verdugos y víctimas. Y en La metamorfosis, si bien en mi primera lectura adolescente vi en Gregorio Samsa sólo a un bichito, después lo vi como símbolo del destino de millones de seres humanos, que murieron en los campos de concentración. Fijate que él lo llamó Ungeziefer y curiosamente fue esa la palabra, con que los nazis llamaban a los pobrecitos que morían en las cámaras de gas. Recordemos que Kafka murió en 1924… ¿Fue o no profético? 

Me impresiona…

- Nos impresionará siempre, porque creo que el arte puede desaparecer recién cuando la pregunta sobre la existencia de Dios deje de tener vigencia. Pero ese interrogante será eterno. Y eterno será el arte. Hasta las cosas, según Jacques Brosse están contentas de ser vistas por los poetas y anhelan que ellos las miren. No es poco, ¿no?

¿Y qué dicen de esto los críticos?

- Los críticos… los críticos, salvo excepciones, poco saben. Muchos –no todos- son artistas frustrados, otros negocian y/ o se venden y muchísimos son parciales. Dicen palabras como profundo, inefable, obra metafísica (a aquella que no saben cómo encasillar, porque necesitan encuadrar en algún ismo)… ¡y ni qué decirte el abuso que hacen de la palabra misterio¡
Paul Éluard

Al misterio entonces, ¿qué es?

- A ver… «Misterio. ¿Por qué danzan los árboles? Porque el viento. ¿Y por qué el viento? Porque Dios. Y si Dios... ¿por qué no estás acá?» Bueno, esta fue otra digresión: se me ocurrió jugar con palabras mientras miraba el arbolito de mi terraza. En realidad, creo con Gauguin que el misterio es la única certidumbre; y lo acecho y lo apremio y a la vez lo espero, paciente, porque es una de las bellezas de la vida. Pero cuidado: hablo del concepto y no de las personas que juegan a misteriosas y no son más que hipócritas y con máscara.

Cristina Castello, ¿qué papel debe jugar el Estado en materia de cultura?

-Debería -tené en cuenta el tiempo del verbo- debería hacerse cargo de los problemas fundamentales del financiamiento de la cultura, como ocurre en algunos países del llamado Primer Mundo... aunque ninguno está bien en estos tiempos. En Argentina, la mayoría de las cosas se dejan en manos de los auspiciantes privados.  


-¿Cómo es en otros países?

-No tengo datos de hoy pero te doy un ejemplo. En Alemania el aporte de los sponsorsera hace dos años, del cuatro por ciento. Nada más: del resto -que es la totalidad- se hacía cargo el Estado. Kathina Dittrich van Weeringh, especialista alemana en cuestiones culturales estuvo entonces en Buenos Aires y señaló el concepto más que interesante, que sostiene junto a sus colegas europeos: «La menor cantidad de Estado posible pero todo el Estado que haga falta». Pero hablamos de Europa, y aunque ahora también tiene problemas, es otro mundo… acá querrían todo el Estado que haga falta… ¡para robárselo¡ No olvido que durante la terrible presidencia de Carlos Menem, un alto funcionario de Santa Fe (provincia de Argentina), se robó todo y también… ¡un puente!
- Si no fuera trágico, sería para reír… ¡qué horror¡ ¿Qué me decís de la educación?

-Que no se educa: se prepara a los niños y jóvenes para los valores de la Bolsa y nadie tiene conciencia de sus derechos ciudadanos y ni siquiera de los que le otorga la constitución como persona humana... ¡ni qué hablar de lazos fraternos¡ «Hay una palabra que me exalta, una palabra que nunca he oído sin estremecerme, sin sentir una gran esperanza, la más grande de todas. La de vencer a las fuerzas de ruina y de muerte que agobian a los hombres. Esa palabra es fraternidad». Lo escribió Paul Éluard, y creo que la fraternidad, precisamente, es una de las salidas. Pero es tan grave lo que ocurre en Argentina -sobre todo a partir de los genocidas del período 1976-1983 y del «gobierno» de Carlos Menem- que las personas están más ocupadas en sobrevivir, que en vivir.

-«Una de las salida»", decís. Nombrame otra…

La gran salida es la ética, para -entre otras cosas- abolir este pensamiento único. Pero me refiero a la ética de las ideas y a la ética de la acción, como escribió hace años un pensador argentino.





Quiero que sepamos de una vez por Dios ya es hora
que en amor la entrega absoluta es certidumbre de libertad.
Que por las mañanas en lugar de noticias de almas sin ángeles
Bach, Poulenc, Mahler, Di Lasso, Debussy, Schubert y Chopin
estallen sobre un Río de la Plata que se transmute en mar.
Mar azul de amor que en noche arrulle almohadas
con madrigales, adagios y claros de luna.
(
 Extracto del poema «Semillas» de C. C.)

-¿Hacia un nuevo humanismo?

- Digamos que hacia formas humanas de vida. Y para eso es importante que la cultura contenga la posibilidad creadora y no la mera transmisión de saberes emparentados con la tecnocracia y tendientes al exitismo; porque así se forman seres deshumanizados -parecen mutantes- llenos de aparatos electrónicos y con el alma vacía. ¿Sabés qué pasa? La sociedad está fragmentada y a partir de allí, todo lo que se da con el nombre de cultura son también fragmentos. Fragmentos de la nada. Es la estética del video clip.

No hablás del video clip como valoración estética…

- No, hablo de la vida como video clip, como explosión de fragmentos. Modo de publicidad al fin, aunque su origen fue la difusión de música, su objetivo es el consumo. Y si bien al principio estuvo dedicado a la juventud, la televisión incorpora cada vez más elementos suyos. La vida parece un video clip y en ella la velocidad y el vértigo tienen la batuta. No existe la pausa y se dice nada con la apariencia de que se dijo todo. Importa el movimiento, aunque anestesie. O por eso mismo. Los valores son descartables. Son antiguos el debate y el diálogo, la palabra es anacrónica y pensar es vetusto… no sea que se nos ocurra vivir a conciencia despierta. Entonces me pregunto: ¿el mosaico del video clip nos ubica en el mosaico de la existencia? Lamentablemente, parece que sí: imágenes aceleradas, vida acelerada. Aquejados de apremio, olvidamos transitar la existencia como posibilidad creadora. Y yo me opongo y sigo luchando para que, quienes sacralizamos la vida, sigamos en la misma senda.
- Quisiera pensar que lo tuyo es pesimismo, pero veo tus palabras como una película de la cotidianeidad…

- No soy pesimista. Creo en la vida y por eso digo estas cosas. Y repito por milésima vez uno de mis lugares comunes: para poder burlar la realidad, hay que conocerla. Y todo lo que digo y hago públicamente y en privado, es un intento de contribuir al cambio: la vida no puede ser tan miserable y con tantas personas sufrientes. No puede ser, no puede ser… ¡no quiero, me niego a que sea así¡ En cambio, quisiera que viviéramos como hacía Nicolás Poussin en sus pinturas, cuando incorporaba la teoría lingüística de la doble articulación. Con minuciosidad admirable realizaba cada parte de ellas, con la misma dedicación y esmero, técnica y obsesión, que ponía en todo el cuadro.

Así debería ser nuestra vida…

-Sí, porque nada menos que la vida es lo que está en juego. ¡Pero el video clip de nuestras propias vidas, nos hace dar importancia al éxito, más que al triunfo. Nos despedimos de todos con besito -como fórmula y sin cariño- y estamos en contacto: interesa más el follaje que las raíces y las palabras o la palabra, no quieren decir nada. Tampoco hay espacio para pensar, ni para sentir; es como si tuviéramos que vivir en estado de coctelera. ¿Y dónde la tibieza y la capacidad de locura; y la alegría y el entusiasmo y el deber de la belleza? Parecen en retirada -creo que sólo parecen- y por eso creemos que perdemos tiempo con los afectos hondos, con la lectura, o si nos asomamos al prójimo.

En cambio ese es tiempo ganado, en vida, en intensidad…

- Absolutamente, pero hay tanta enajenación hoy que no valoramos que usamos ese tiempo, para ser personas; ni nos damos cuenta de que, como escribió George Steiner, reemplazamos ingestión por consumo. Y con el mero consumo, el arte, al amor, la política, la religión… ¡la vida! pierden su poder de implosión: de explotar para adentro.
   
Cristina, ya mismo,… ¡vamos a «burlar la realidad»!

- Ya lo estamos haciendo con este diálogo. A ver si podemos dejar de vivir jadeantes de urgencias. Y para que la unión entre todos, no esté basada sólo en la convocatoria a unirnos por la inseguridad diaria que vivimos en las calles y en nuestras casas; para que esa unión sea fraternidad. Para que esa unión sea unión, entrega, amor y no la máscara solidaria del miedo: «cuidado, me pasó cerca, me puede tocar a mí». Y… ¡por Dios¡... Para que el arte y la cultura sean luz, camino, búsqueda; y para que nuestras vidas no sean una sucesión de fotografías de un álbum cotidiano que se consume, pero no se ingiere.

Sos una mujer fuerte: nunca lo dudé… 

- No soy fuerte, no te equivoques. No tengo una fibra más en el alma y sobre todo con mi delgadez y cansancio, tampoco una célula más en el cuerpo. Sólo trato de ser digna. Y buena,.. la bondad, tan desprestigiada, es un valor. Y trato de transmitirlo. Quiero que hagamos la gran empresa de recuperar la inocencia. No, no soy fuerte... simplemente lloro para adentro y mis pupilas se secan y mis ojos se enferman... porque no lloro con lágrimas visibles. Pero también yo sufro. Y también necesito abrigo, cobijo, amparo. Ternura. Y lo necesito tanto, como necesito darlo. Tengo, sí, la llama bendita de mi amor por el Arte, por la vida y por las almas sin sombras o por las que tuvieron sombras pero pudieron volver a la luz.

Pensaba que hace unos segundos que no citás poesía…

- Esto que hacés es de buen periodista. Con una sonrisa y una observación, cambiás el clima. Además, adivinaste… estaba por citar a Paul Celan, un poeta superior, un hombre que padeció los campos de concentración y que, sin embargo, hizo tributo a la vida y a la belleza. En el libro Cristal de Aliento hay tanta vida, tanto cielo… escuchá: «... En la fuente de tus ojos/ viven las redes de los pescadores/ del mar errante./ [...]/ Sólo al renegar soy fiel./ Soy tú cuando soy yo...»
Louis Aragon


-Bella palabra, bella vida… ¡a pelear por ella!

- Y mirá el sol de esta tarde. Y la sonrisa de esas lavandas que decidieron nacer en este invierno crudo, para darnos testimonio de vida. Y mirá las nubes rosadas y los leños prendidos acá, en mi casita. Y recordá a Miguel Hernández que…

Yo sabía… ¿qué sería de tu vida sin poesía?

- No sería. Y lo de Miguel Hernández, dejame que lo diga… «Ah, qué buena la tierra de mi huerta. Hace un olor a madre que enamora… ». Y lo de Yeats: «… un solitario impulso de deleite me impulsa a este placer de nubes». Y nadie sabe, pero contemos que mientras hablamos escuchamos los Nocturnos de Chopin, que son el arte y que el arte es la vida.

Y nadie sabe tampoco que entre las lavandas, y Chopin, y los leños, se escucha también el sonido de los mails que caen y caen en tu computadora…

- Sh... no digas nada… ¡Es música¡ Son amores sublimes y sublimados. Son certeza. No son mails sino gorrioncitos del cielo. Esto que cae es amor, de quienes siguieron mi trayectoria en medios gráficos y/ o de quienes veían mi programa de televisión Sin Máscara (volverá)... y de quienes me ven «en» poesía... es un amor tan grande como el que siento por ellos. Y es certeza, cuando son mails de personas que escriben por primera vez, y con sus palabras me enseñan que las semillas que sembré, germinan.
Robert Desnos

 - Quería preguntarte sobre periodismo, pero ahora… 

- No… ¡qué periodismo! El periodismo es mi excusa para contrabandear arte, valores, vida… o por lo menos para intentarlo.

¿Cerrás la entrevista con un poema… o con un fragmento?

- A ver... ¡Sí¡ Edgar Allan Poe tomó posesión de mí en este instante… ahí está el misterio. Escuchá: «… Los que sueñan despiertos saben de mil cosas que escapan a quienes sueñan dormidos. En sus brumosas visiones, captan vuelos hacia la eternidad-. Y al despertar se estremecen al comprender que por un instante, estuvieron al borde del gran secreto». Bueno… ¡Vamos a hacer la revolución de los sueños¡

**Gabriel Bauducco es periodista y escritor
Es argentino y vive en México
Imagen de apertura: Sobre una foto mía, hecha por Ramón Puga Lareo y una obra de arte de Odilon Redon